El Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible, expone por vez primera el concepto unificado de educación para el desarrollo sostenible, "para definir estrategias y metas de acción; para sentar las bases de una nueva educación que pueda impulsar los centros educativos de excelencia y acercar la academia a la ciencia, a la tecnología, a la industria, a la empresa, preparando mejores recursos humanos"[2].
De este plan, se desprenden siete estrategias fundamentales, limitándonos a mencionar para los fines del presente artículo, la estrategia que cimentó el ordinal 6, consistente en la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC`s)[3] en el marco de la educación para el desarrollo sostenible. Esto es, la permanencia generacional de un sistema educativo mundial de calidad, que garantice a los pueblos su supervivencia, sobre la base de la transformación de los países en economías de aprendizaje y sociedades del conocimiento. Este ambicioso proyecto se ha desarrollado a través de la utilización de modelos educativos apoyados en el uso de las nuevas tecnologías, tanto a nivel básico, medio y superior.
Desde la utilización de las herramientas de la educación a distancia, como un medio de trascender fronteras; hasta el programa "one laptop per child", que supone la entrega de computadoras personales a niños y niñas de las distintas regiones del mundo, en un avance hacia la construcción de una educación integral, conforme a las nuevas exigencias del mercado laboral al que los infantes se insertarán en un futuro.
Actualmente, los procesos de regionalización y el nuevo orden económico mundial, requieren de sociedades dispuestas a sumergirse en la transformación profunda de los modelos educativos industriales por modelos educativos cognoscitivos: el cambio de la fuerza por la pericia concienzuda.
El motor de cambio que ha impulsado la sociedad del conocimiento surge de la tranformación dramática de las posibilidades de obtención de la información y la rapidez mediática existente en las nuevas formas de vida del ser humano. La importancia del conocimiento en la creación de riqueza crece, en un mundo interconectado, que cada día se hace más accesible.
Sin embargo, esta iniciativa de los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas -entre los cuales se encuentra la República Dominicana- solo será efectiva en la medida en que los gobernantes consideren la posibilidad de incluir el Decenio de manera práctica en sus respectivos sistemas y estrategias educacionales; donde se promueva la concienciación pública y la participación de la sociedad civil en los procesos de reforma. Procesos donde no solo en el Estado pesa la mayor responsabilidad (a través de las escuelas y universidades públicas); la otra parte de la cuota está sobre los colegios y universidades privadas, que en su conjunto son los actores directos del sistema educativo, a través de sus directivos y maestros.
La meta es que las escuelas, colegios y universidades públicas y privadas estén conformados como verdaderos Centros de Investigación, donde las cátedras sean prácticas y participativas; donde se construyan capacidades analíticas, culturales y corporales, a través del estudio, el deporte y el intercambio cultural por medio de la internacionalización de los programas formativos.
Esta unificación global es un paso hacia adelante en la construcción de nuevas formas de combatir los problemas que oprimen a los más desposeídos miembros de la comunidad global: nuestros niños, de darles herramientas que los formen hacia futuro. Las adecuadas políticas educacionales garantizan, con el esfuerzo de todos los sectores, el empoderamiento de las personas en un mundo “donde el conocimiento y la información cada vez más determinan los patrones de crecimiento y abren la posibilidad de una erradicación de la pobreza más eficaz”[4].
[3] Plan de Aplicación Internacional de las EDS, UNESCO 2005.
[4] Res. 59/237. Asamblea General de las Naciones Unidas. Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible.
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